
Mi nombre proviene del Cosmos: Gaia, Madre. Soy la única que ha muerto y revivido varias veces. Entrego mis simientes y los hombres las destruyen. No todas caen en los lugares propicios. Hay algunas que brotan solitarias: esas son las verdaderas. El viento y las mareas las acunan. Cada perla hallada en el fondo del mar es un símbolo del encuentro entre el Cielo y la Tierra, mas eso es tirado en bolsas donde se pudren los desechos que el hombre acumula.
Mi corazón os pertenece. Mis brazos os abarcan. Algunos de mis ríos guardan vestigios de antiguas costumbres y ellos son los que portan los nuevos mensajes. Las puertas que conducen a mi ser interno os pertenecen, mas debéis preservar por sobre todas las cosas mi entidad, pues como Madre cuido y protejo a los miles de seres que habitan este planeta.
Grandes cambios sobrevendrán y me encontrareis desnuda, casi perdida, pero debéis saber que hay hombres que custodian mi equilibrio, y por cada uno de esos hombres yo vierto una lágrima en los mares. Miles de lágrimas han sido derramadas y muchas de ellas no han servido para nada… Los barcos traen destrucción, mas nuevas vertientes se abrirán en el planeta.
Las plantas conocen mi verdad. Ellas custodian los lugares donde el equilibrio es necesario. Ellas saben que en el fondo de sí mismas está la Luz y el germen de la Nueva Humanidad. Cada capullo que se abre es una esperanza. Existen grandes extensiones donde la luz de cura se vierte a través de las plantas, desde las hierbas más pequeñas hasta los grandes árboles. Ellas saben que el planeta esta en estado de emergencia.
Si supierais cuán grande es la posibilidad de recuperar vastos sectores, os concentraríais en atender de manera eficaz esos lugares que están siendo bendecidos desde lo Alto.
Los ríos conocen la verdad. Sus voces se escucharán y muchos de ellos abandonarán lugares cercanos a las ciudades y verterán su luz en sitios que están siendo preparados para tareas mas evolucionadas.
Como Madre os digo que los niños conocen mucho más sobre cómo opera el Amor en la recuperación planetaria. Permitidles que entreguen su luz. Son viejos custodios de este sitio sagrado.
La tierra que pisáis esta siendo taladrada sin piedad. Nadie se atreve a preguntar por qué. Nadie.
Habrá sitios donde crecerán árboles con propiedades especiales. Mas la tierra deberá ser protegida, pues habrá quienes intentaran exterminarlos.
Multiplicad este mensaje.
Muchos niños serán convocados para recuperar el planeta.
El agobio que poseo es inmemorial.
Muchos de los hermanos que conocen mi verdad viven en puntos distantes, y cada uno vierte su luz a su manera. Reconocedlos y uníos. Es arduo el trabajo y no se ve… La Tierra os dará a cambio sus frutos y sus flores. Ellos nada conocen de los bienes materiales, mas cada uno de ellos conserva en sus gérmenes la pureza de la donación que el Padre les ha entregado. Cada célula que compone esas plantas está siendo transmutada y habrá quienes puedan observar los cambios que se producen en los lugares que están siendo especialmente irradiados.
Las plantas están dando su mensaje en diferentes puntos del planeta, y nuevos seres están siendo convocados para las tareas de cura. Volveréis a recuperar las cualidades que antaño poseíais. Podréis transmutar patrones no evolutivos de vuestras personalidades con cada una de ellas. Reconocedlas. Observadlas y entregadles vuestro amor, pues ellas son las portadoras de los cambios futuros. Los ríos alimentaran sus raíces y nuevas vertientes se abrirán. Las montañas conocen esta verdad y nuevos lugares serán revelados.
Mi corazón os pertenece. Os bendice:
La Madre Tierra
Citadle libro: La Cura planetaria .Las flores un vehículo hacia la luz.
Esta información puede ser difundida en su totalidad citando la fuente y el sitio oficial de María del Carmen Vila©.
http://www.anandaflora.com.ar/
www.egrupos.net/grupo/espejosdeluzenlatierra
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